Consumidores, voces y mensajes
El tsunami informativo evita poder establecer distinciones claras alrededor de los sucesos, mensajes y personajes
Es cierto, ante la gran cantidad de información circulando a nivel planetario, podría decirse todo es cierto y todo es falso. Y agregar, nada es verdad y nada es falso.
La cantidad abrumadora de información: memes, virales, videos, noticias, fotos, música, series, películas y stickers, evitan que el lector, televidente e internauta puedan digerir lo que consumen.
El primer efecto es pasar sin saborear. Del mismo modo como un niño pequeño es obligado a tomar la sopa o un plato de menestras desabrido. La información es repetida y compartida sin ningún tipo de análisis de por medio. De manera tácita el acto de compartir representa la opinión.
El segundo efecto es querer elegir la mayor cantidad posible de datos. Figura semejante al niño que intenta recoger la mayoría de juguetes en una fiesta infantil. Es inútil, incluso si su madre lo auxilia, no podrá lograr su objetivo.
El tercer efecto es ser selectivo basándose en información y experiencias previas. Selecciona lo que juzga valioso y deja de lado lo que carece de interés.
La contraparte a lo anterior son tres personajes mediáticos. Tenemos al que desconoce de un tema y pasa a ser alguien que esquiva las balas entre titubeos y muletillas. Se rasca la cabeza, mueve las manos, arruga la frente, se ofusca. El que no dice nada porque nada sabe. Ni siquiera sabe que no sabe.
En segundo lugar el culpable que pretende desconocer su condición. Niega todo, algo tiene que decir. Su discurso lo delata. Él sabe que es culpable de las acusaciones recibidas. Obviamente nunca lo aceptará. El cinismo supera evidencias concretas: videos y audios.
Y en tercer lugar el experto ignorado porque la gran oferta informativa produce confusión y porque su discurso es abstracto. Es el clásico analista, conductor y entrevistador, todo en uno, que vive en las nubes. Por lo general, solo lee diarios y ve noticiarios.
Al final, en algún punto se unirán, por lo menos, uno de los efectos con uno de los personajes, precisamente porque cada vez será más difícil poder discriminar entre los pedazos de información y porque ellos mismos elegirán, según las circunstancias, aquello que les favorece.