¿Qué es una entrevista?
Una entrevista es un dialogo consigo mismo
Una entrevista es una invención. Un diálogo inventado que debe parecer real. El entrevistador aspira a recuperar las respuestas que él mismo quiso escuchar. Lo que buscó saber al hacer las preguntas. Una entrevista es una reconstrucción imposible.
El entrevistado es una imagen fantasmal creada por el propio entrevistador, las respuestas y las preguntas, también. Por eso, lo que dice en un momento debe ser tomado de ese modo: un salir del paso, una estrategia de escape. No es posible saber qué quiso saber el entrevistador y tampoco qué quiso dar a conocer el entrevistado.
La naturaleza ficcional de la entrevista obliga a tomar con cuidado las declaraciones del entrevistado. Por un lado, él se ve obligado a tener que responder algo y, por otro lado, las respuestas ofrecidas se dicen porque no representan más sus ideas o porque es inevitable responder. Algo tiene que decir.
Una entrevista puede equivaler a ser obligado a hablar. Mas no a escuchar lo que se supone el entrevistador espera saber. El entrevistado al verse arrinconado, verá la forma de salir bien librado: silencios, incoherencias, digresiones.
Frente a un entrevistado, el periodista se supone refleja a la audiencia que él cree representar. En realidad solo se muestra a sí mismo. Es la confianza depositada sobre su propio personaje de periodista lo que le brinda la seguridad de entrevistador.
Por supuesto, la monotonía de una entrevista puede romperse con los puntos de fuga que el entrevistado improvisa. Tal es el caso de las bromas y anécdotas mencionadas sobre la marcha.
Las expectativas de una entrevista son ilusorias porque forman parte del reflejo de las imágenes creadas por el propio entrevistador. El mismo que interpretará los mutismos y las palabras del entrevistado. Reflejando así más sus propias ideas y no tanto las del personaje.
La situación se complica si el entrevistado poco muestra en sus respuestas, carece de rigor en sus planteamientos y solo se dedica a ofrecer evasivas y generalidades. Provocando que el carácter de la entrevista sea dominado por el temple del entrevistador, la imagen que él ha creado de sí mismo, el prestigio social conferido a su persona y su propia experiencia.