La inmensidad del niño
Siempre niño, eternamente niño
Todo indica que el niño reúne y concentra el futuro de la humanidad. Los límites son extralimitados, las razones descartadas, la imaginación incalculable y ensanchada y lo imposible accesible, gracias a él.
La niñez es inmensa y persistente, aunque con frecuencia padres, profesores, en fin, el mundo adulto, busca colocar un coto a su universo reflexivo. ¿Por qué sucede eso? La respuesta es obvia: sus cuestionamientos parecen innecesarios desde la mirada en picado del mundo “grande”.
A primera vista está demás cuestionar lo obvio. En realidad, ahí radica el ejercicio filosófico: no solo ver más allá de la evidente sino, sobre todo, quitarnos la telaraña de los ojos que evita ver lo obvio.
Una observación infantil es un rayo laser para el orden establecido. Una palabra un dardo de disconformidad contra el modelo de la adultez. Un porqué a todo, el desvanecimiento de cada fragmento de la realidad y la posibilidad de ver un poco más allá.
Es un error seguir asumiendo que los niños desconocen, la distracción constante es su forma de aprehender la información ¿no será que están en todas partes y eso los mantiene siempre alertas ante el mundo? Por supuesto, un detalle pasado por alto y sin importancia resulta fundamental para ellos.
Tal vez ese periodo sea el más hermoso, pues se prolongará a lo largo de nuestra existencia. Se es niño siempre y no solo cuando somos niños o jugamos a serlo. Tal es el caso del artista, su cuerpo vive encerrado en el alma de un niño.
Aunque pasen los años esta no envejece, pero va prisionera de las reglas del universo adulto. Estas replican los modelos sociales y personales interiorizados: son los límites de la crianza y el encapsulamiento de la norma las paredes que ellos deben derribar.
La tarea de los adultos pasa no solo por dedicarles tiempo al infante e instruirlos para el futuro. También radica en permitirles expresarse con libertad y, al mismo tiempo, aprender con ellos y de ellos. En una frase: recuperar al niño extraviado que cada uno de nosotros lleva dentro.