Comportamiento humano
El comportamiento humano es más impredecible de lo que parece
Dos cuestiones dominan los discursos científicos: la recurrencia de los fenómenos que describen y el autoproclamarse como garantía y aval suficiente para generalizarse en reglas que deben cumplirse. Los hechos se repiten a lo largo de la historia y, por lo tanto, poca variabilidad se espera. Una teoría es una tendencia formalizada por un grupo especializado. En resumen, hay un esfuerzo por siempre ver lo mismo.
En realidad, el mundo siempre está en permanente cambio. Aquello que llamamos regularidad es solo una apariencia. En consecuencia, las experiencias perceptuales e incluso mentales de las personas, también se ven afectadas por tales variaciones constantes.
Un dato estadístico es solo eso, un reflejo de un instante, una posibilidad. Cuando los datos cuantitativos son recopilados se incurre en un modelo. Un ideal que debe cumplirse y el investigador espera que sea así.
La experiencia particular de cada individuo en el universo, comprueba exactamente lo contrario: el mundo está lleno de irregularidades. Las acciones de cada sujeto colisionan los sistemas más duraderos. Lo imprevisible es frecuente, pero los anteojos de lo regular evitan su percepción.
Decir, por ejemplo, que una circunstancia debe repetirse en el presente, tal cual sucedió poco tiempo atrás, resulta arriesgado. Los hechos se suceden, es cierto, pero las constancias que los estadistas creen ver son los mismos modelos que sus memorias proyectan sobre el mundo. En otras palabras, si queremos encontrar constancias en la realidad, eso vamos a ver.
No obstante, sí hay sucesos que ocurren con cierta frecuencia y a partir de los cuales pueden construirse hábitos de comportamiento. Pero no se trata de algo infalible, sino de proyecciones. Asunciones de pensamiento y de creencias que, en el mejor de los casos, pueden dar origen a un patrón, pero no a una regla a pie juntillas.
Las personas, si bien repiten formas de actuar, también rompen con bastante frecuencia eso mismo que construyen al paso. Tales cuestiones son poco estudiadas y dejadas de lado. Anulando así, su explicación y posterior comprensión.
En el fondo, tal vez los comportamientos diarios de las personas muestren menos de lo que creen saber los académicos y estudiosos. El gran secreto de ellos sería el no mostrar nada de novedoso en sus quehaceres cotidianos y, de ese modo, mantener ese saber a buen recaudo de miradas ajenas.