¿El poder de la vacuna o la vacuna del poder?
Unirse a grupos de poder garantiza cuotas de poder
El poder emana de determinados personajes y del ejercicio de aquel a partir de estos. Decir que alguien es poderoso equivale a plantear que él o ella tiene la facultad de decidir y hacer lo que crea conveniente. Representa el abandono de otros sectores y grupos.
El poderoso es tal porque siempre estará rodeado de un séquito que espera beber del néctar del poder. Este emana del poderoso y es contagioso porque personajes de su entorno querrán ser parte de ese círculo privilegiado. Al hacerlo, estos tendrán también algo de poder y sentirán que pueden ejercerlo. Se trata de una cadena sin fin. De hecho, el improvisado que corrompe al poderoso lo hace para sentir más poder todavía.
Así, tenemos dos grandes ítems que resumirían el privilegio de los involucrados: observación y proyecto. En el primero rubro caben: personal del estudio, entorno relacionado, invitado, Minsa, personal enlace con Minsa, administrativo vicerrector, enfermera vacunadora, sub investigador entre otros. Y dentro de la categoría proyecto, esta se divide en dos: proyecto y relacionado. Como se puede ver, cada uno detenta el ejercicio del poder o, en su defecto, es cercano a tal fuente, sea por un vínculo laboral, jerárquico, de parentesco o abiertamente arbitrario.
Tal vez no sea novedoso que existan privilegios en nuestro país. Lo que sí llama la atención es que esta vez crucen esferas tan disímiles como eclesiástica, política y científica. Hagamos notar que cada título nobiliario a su vez discrimina al otro. Entre ellos mismos guardan distancia. Lo único que los unió en este caso es la vacuna en común. Es claro que, en los escalafones del poder, unos son y otros no. Ya no importa ser, tampoco parecer, sino estar cerca. Traducido sería algo así: jefe, secretario, jefe del jefe, secretario del jefe, jefe del secretario, jefe del jefe del jefe.
El poder de la vacuna se confirma a partir del poder ejercido por quienes pudieron acceder a ella y la vacuna del poder por los que, no teniendo ningún ejercicio del poder, fueron privilegiados con una o más dosis a partir de su cercanía a los poderosos.
En un país de todas las sangres, a pesar de los años, las victorias y las derrotas, vemos que el bicentenario reabre las mismas heridas del pasado. Insistimos, la pregunta no es sobre la lista de vacunados, eso solo es una muestra. La verdadera cuestión recae sobre aquellos que critican a los personajes agasajados pero que sin miramientos también hubieran recibido gustosos su aguinaldo.