#ElPerúQueQueremos

https://themedium.ca/arts/psycho-1960/

Paranoia colectiva

El ser humano vive anticipándose, el limeño del instante

Christopher Rojas

Publicado: 2021-01-28


Hay una contradicción evidente en el siglo XX, el hombre puede medir y calcular sus acciones y pensamiento. No obstante, ese supuesto control, si bien le otorga márgenes de libertad, también ejerce límites sobre él.

En nuestro caso, y más precisamente si habláramos del limeño, diremos que lo que nos caracteriza es transgredir la norma, postergar las responsabilidades y vivir del instante. El habitante de Lima no piensa en el largo plazo. Eso no existe para él.

Al comunicarles restricción horaria, gatillarás un efecto rebote: los habitantes de la capital saldrán o verán la forma de sacarle la vuelta a la norma. Recordemos que la ley crea las propias condiciones de su disolución.

Si el mensaje es extremo: nadie sale, la reacción será similar. Gente desesperada acudiendo a las calles y propiciando posibilidades de aglomeración. Los víveres y abarrotes no se agotarán. Pero serán escasos debido a la idea de escasez en el imaginario colectivo. Tener una restricción de salida rígida hará creer el consumo debe ser duplicado o triplicado.

Tal situación favorece, irónicamente, a los abastecedores de productos. Ellos siempre harán lo posible por evitar que la rueda del consumismo se extinga. Esta situación intempestiva favorece a los encargados de crear ofertas y mover la mercancía en los centros de abasto. No olvidemos que la lógica del mercado es que el consumidor consuma, incluso si nada necesita. El comprador está yendo en contra de su naturaleza procrastinadora.

Es interesante hacer notar que las medidas duras responden a que desde un inicio las normas fueron muy laxas, tratando así de compensar la poca labor realizada. Si se toman medidas de esta magnitud, entonces nuestros líderes también están siguiendo la lógica del ciudadano de a pie: irse a los extremos y procrastinar las decisiones. No por tomar medidas extremas se es más sagaz.

Hemos tenido una pandemia que nos ha golpeado duro y sigue haciéndolo, hay que agregarle la pandemia informativa, la reacción en cadena de la gente producto de la información excesiva sobre el COVID-19, la pandemia de la indiferencia, el calvario que cada uno vive y, más recientemente, la paranoia colectiva generada por medidas oficiales tardías y, ergo, desesperadas.


Escrito por

Christopher Rojas

Profesor de la Universidad de Lima. Doctor en Filosofía por la Universidad Mayor de San Marcos. Autor de Sentencias personales.


Publicado en

Observaciones personales

Licenciado en Comunicaciones y profesor de la Universidad de Lima. Doctor en Filosofía por la Universidad Mayor de San Marcos.