Individuo y masa
El individuo es sinónimo de convicción y la masa de acción
Con frecuencia el individuo es visto como alguien independiente y defensor acérrimo de los valores establecidos y avalados por el conjunto. A su vez, la masa es considerada como irracional, insurgente y contagiosa.
Lo individual forma parte de lo social, no es posible estar aislado del mundo, aunque algunos sujetos estén más alejados que otros. Cada acto está inserto en el grupo o tendrá un efecto sobre él. Tarde o temprano lo particular se diluirá en lo cuantitativamente mayor.
Por su parte, lo grupal es una manifestación del individuo. Lo contradictorio viene cuando evaluamos en qué medida el grupo recupera al individuo y, por lo tanto, en qué medida lo ignora.
Eso quiere decir que el grupo podría sacar a flote lo individual y, al mismo tiempo, soslayarlo. Tenemos así la siguiente primera conclusión: el individuo es grupal y el grupo es individual.
En efecto, el grupo es una suma de individuos y, a su vez, individualidades que convergen en una acción o pensamiento. Es un error frecuente considerar a la masa, siempre, como sinónimo de necedad. Desde luego, hay casos donde el peso del grupo aplasta a cada individuo y forma una fuerza demoledora.
Al mismo tiempo, el individuo no puede estar aislado de su realidad. Siempre habrá contactos, roces e interacciones que lo acerquen al grupo. Pero al mismo tiempo, cada acto individual no existe solo, es producto de una secuencia de hechos, está inmerso en una urdimbre y es desencadenante de una serie de circunstancias.
Tenemos entonces una comunicación constante entre individuo y masa. El primero refleja en ocasiones al segundo, anticipando sus efectos y este confirma y vaticina lo que vendrá. Sin embargo, la masa pesa, su valor se sobredimensiona en comparación al individuo, el peso de este es ligero, mínimo. Insuficiente.
Finalmente, la masa considera que, al ser numéricamente mayor, necesariamente tiene la razón. Sus decisiones y acciones reposan en la supuesta voluntad del pueblo y no en el voluntarismo que sus críticos le reprochan. El individuo podrá sentir que está solo en el mundo y que batalla contra la corriente y que su lucha es propia y de nadie más. Creerá que los ideales que lo representan perecerán en la masa, por eso mejor será salvaguardarlos de otras miradas. Se cree que el grupo mayoritario sigue al líder, una vez extraviado este, aquel se difuminará. Tal vez la salida sea hacer a cada individuo universal, cada persona es única y, ergo, forjadora de nuevas historias. No contarían los eventos oficiales ni las grandes fechas ni héroes, sino la conquista que cada uno es capaz de realizar y, en efecto, hace.